AD PEDEM LITTERAE

Mamá, quiero ser puta

Dice que se llama Gladis. Es mentira, pero suena muy bien. Fotos no. “Mi amol, ni de espaldas, mi culo es bien conocido”. Y es verdad, es un trasero célebre. Hasta hace unos días tomaba el sol tórrido de la Casa de Campo, mofletes trigueños demediados por la lengua elástica del tanga. Ya no. El parque se cerró al tráfico y los guindillas acosan a mujeres, clientes y conductores despistados. Pues a Montera, advierte, en busca de visibilidad e incordio. Más trabajo para Pedro Calvo, el jefe de los azules de Madrid.

Veinte por mamada, daba para sobrevivir (casa de tres habitaciones compartida con otras tantas familias), enviar dinero a casa y pagar, lo que llama, su rescate. Porque no son trabajadoras del sexo. Es mentira. Gladis llegó del Caribe en un vuelo barato de la mafia y cada vez que hace una felación, está pagando su libertad. Es una esclava. Lo tiene muy jodido en este Madrid modernísimo: mujer, inmigrante, sin papeles, pobre, negra y puta. ¿Usted cree que sus problemas se resuelven declarando IRPF? ¿Se puede resolver el problema de la prostitución con prohibiciones? Mójese, venga.

Madrid es la capital de la pintura, ciudad cosmopolita, corazón emprendedor de Europa y la gran boite. Imagine el plan de una noche loca: 50 pavos de perico, otros 50, para copas, y 20 son de Gladis. Ya lo sabemos, es cierto, y sin moralinas. Qué bien se vive en Madrid. ¿Cuántas prostitutas trabajan en Madrid?

Todos somos cómplices. También los que publican o emiten anuncios de prostitución, los que los vemos o leemos, Y los que defienden que es un trabajo como otro cualquiera, ¿darían palmas con las orejas si un hijo o hija les dijera, papá, mamá, voy a ser puta de mayor? Cada vez que tú, si eres varón, te bajas la bragueta, estás fomentado una forma más de dominación machista, perpetúas el esclavismo en nuestra sociedad y empujas a miles de mujeres a la marginalidad. El sexo es divertido cuando todos se divierten. Gladis está harta de arrodillarse ante cretinos, borrachos y violentos.

Antonio Campos

Josu Jon Imaz

El hasta la fecha presidente del Euzkadi Buru Batzar, Josu Jon Imaz, anuncia, mediante un escrito remitido a los diferentes medios, su despedida del ruedo político tras 13 años de actividad política alegando la imposibilidad de modernizar el partido en un contexto de competición por el discurso.

Conocemos la existencia del comunicado tras hacerse pública la ponencia política del PNV, aprobada por unanimidad el pasado lunes, y en la que la formación fundada por el histórico nazi Sabino Arana, apuesta por lograr en los próximos años un amplio consenso entre partidos, vascos y estatales, con en fin de asentar un nuevo marco político refrendado por la ciudadanía vasca. Amenazando, una vez más, con una consulta popular en caso de situación de bloqueo.

En resumen, el insurrecto Imaz, apodado españolista por el sector duro del PNV dada su manifiesta cercanía política al actual gobierno socialista y el aplazamiento sistemático de la siempre polémica consulta condicionada a la renuncia por parte de ETA al uso de la armas, ha colgado la txapela sin levantar la voz, apuntando lo que es ya un secreto a voces pero evitando cualquier confrontación o lucha interna por el control del partido y cediendo, al fin, ante las insistentes presiones del sector más radical.

Hago pública mi pena. Mi animadversión hacia lo peneuvista comenzaba a mitigarse con los nuevos aires con los Josu Jon Imaz insuflaba los discursos del partido, moderados y centristas. Desconcertante cuanto menos tratándose del susodicho partido. Una oveja negra dentro de un rebaño xenófobo.

Me sirvo de las palabras del histórico dirigente y sacerdote arrepentido, Xavier Arzalluz, para definir el rumbo que desgraciadamente temo recobrará el PNV: “Unos sacuden el árbol y otros recogemos las nueces”.

Declaración de principios

Toda sociedad orquestada por una traílla de vesánicos retrógrados es una sociedad acomplejada, incapaz de interpretar su papel protagonista en toda función sin acompasar.

Todo cuanto hila nuestra existencia supura catolicismo. Ateo y anticlerical confeso, coexisto en aparente armonía con una palmaria realidad cristiana que condiciona, desde tiempo inmemorial, mi humilde persona.

No reniego de mi condición de ateo católico, pues la fe que reniego es la fe que me impusieron. Mi concepción de lo correcto e incorrecto, de lo bueno y no bueno, parte, en base, de postulados católicos. Por ello y mucho más, imposible es abstraerse.

Ello me legitima, aun más, a la hora de denunciar las atrocidades con que la Iglesia Católica nos ha obsequiado, por una eternidad y que con posterioridad trataré de desglosar, con total impunidad y en nombre de los distorsionados términos paz, verdad y libertad. Crímenes contra la humanidad encubiertos por una coraza de poder e intereses que morirán en el olvido colectivo pero que subsistirán en la conciencia de todos aquellos pecaminosos, libertarios de corazón y vocación, afanados en alcanzar un estado republicano y laico, sin distinciones ni restricciones, siempre al abrigo de nuestra Constitución y bajo supervisión del pueblo soberano.

Todo, sin limitar ni coartar un ápice las libertades individuales de cada cual, sean de la índole que sea, siempre dentro del marco de la legalidad vigente.

Inmersos en perpetua campaña electoral desde tiempo inmemorial, desisto, por estricta prescripción médica, de mi porfiada pero racional inapetencia por la realidad política actual. Y aun a riesgo de obviar la fecha de guardar, regreso por mis fueros.

Regreso para denunciar un país de pandereta, una oposición sañuda y latosa, un gobierno vacilante y torpón, una monarquía obsoleta y grotesca, una iglesia católica que merece mención aparte… y un pueblo llano condescendiente y sumiso ante tal cadena de indecencias y sonrojos, muy dado a la promiscuidad en favor de quien más cabezas calienta, sin rigor ni pudor.

Con ánimo de criticar y denunciar lo ya mencionado y cuanto devenga, abro incondicionalmente este espacio de debate y pluralidad a todo aquel que desee aportar y colaborar.

Saludos cordiales.

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